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Oyekun meyi. Los olodus o apóstoles de Orunmila (1)

tablero santeria.fr En diferentes artículos encontrareis las parábolas sobre los trabajos de los dieciséis apóstoles u olodus de Orunmila, tanto en el cielo como al bajar a la tierra. Publicamos los artículos, siguiendo el orden de los odus de Ifa, empezando por Eyiogbe y acabando por Ofun. Siguiendo ese orden continuamos con los trabajos de Oyekun melyi. Dada la extensión de los trabajos de los olodus, los publicaremos en varios artículos.

Fue oyekun meyi quien reveló como Orunmila le enseñó a la humanidad la forma de protegerse de la muerte  prematura            

Cuando el hombre fue creado, la  muerte consideró a la nueva criatura como la comida preferida para alimentarse. Así, fue la muerte la única divinidad que se alegro de que dios creara  al  hombre. Mientras que otras divinidades consideraban al hombre como un ser inferior creado para servirlas, la muerte lo consideraba como provisión de alimento. No obstante, esperó a que el  hombre se multiplicara y después se dirigió caprichosamente a sus moradas para escogerlos con el fin de utilizarlos como comida. Por carecer de los  medios para defenderse, sin mencionar la lucha por respuesta, el  hombre se resignó al ataque incesante de la  muerte. Los hombres no tenían a quien apelar ya que la lógica era que tanto como ellos consideraban a los animales inferiores como comida para alimentarse, la muerte consideraba al hombre como carne para comer.

Siempre que nosotros comprendamos la filosofía de la existencia de las plantas y animales, los cuales fueron creados para servir un propósito en el sistema planetario, no debemos molestarnos indebidamente ante la inevitabilidad de la muerte. Tal y como nosotros utilizamos las plantas y los animales inferiores para satisfacer nuestros hábitos y deseos preferidos, de la misma manera nos encontramos a merced de las divinidades más poderosas. Habiéndonos dado un papel que desempeñar en el  sistema planetario, en el que se incluye la provisión de comida para los altos poderes, dios nos ha otorgado el intelecto para defendernos como mejor podamos, ya sea  apaciguándolos o mediante la diversión. Esto está claramente ilustrado en las siguientes revelaciones de Oyekun meyi (esta es la traducción del poema yoruba):

La muerte se alegro de la creación del hombre,

Robo humanos a capricho para comérselos,

Dos ratas estaban jugando en la tierra,

Dos pescados estaban jugando en el agua,

La gallina había puesto sus huevos y había ido a descansar,

El chivo había tenido muchos hijos,

El fuerte carnero de tres años de edad,

El macho de la vaca dotado de jugosa carne,

Fueron todos creados para apaciguar a la muerte,

Esta asamblea de animales ni apaciguó ni satisfizo a la muerte.

La muerte continua enfocando su mirada en la carne humana.

Cuando el hombre se acercó a Orunmila en busca de adivinación acerca de cómo detener la amenaza de la muerte, éste le dijo que no había sacrificio que pudiera desviar la atención de la muerte sobre el hombre. Su carne constituía lo único que podía satisfacer su divino apetito. Todos los otros, ratas, pescados, aves, chivos, carneros e incluso vacas, eran las comidas preferidas de los sacerdotes de las  divinidades. El les preguntó si había algo que pudiera impedir que ellos se alimentaran con sus comidas preferidas. No obstante, les dijo que la mejor forma de protegerse de una divinidad malvada era haciendo sacrificio con lo que ella prohibía. Orunmila, en su capacidad de eleri ikpin (testigo de dios en la creación), es el único que sabe lo que cada una de las divinidades prohíbe.

Entonces él le aconsejó que prepararan ñames machacados o revueltos a lo cual se le debía agregar pequeñas  guijas. También  les aconsejó que buscaran un pollo pequeño vivo. Ellos buscaron los materiales y todos los hombres se reunieron en el salón de conferencias donde la muerte acostumbraba a escogerlos uno tras otro. Orunmila les aconsejó que se comieran el ñame machacado, pero que botaran las guijas. También debían atar el pollo a la entrada de la casa de Eshu, sin matarlo. Cuando la muerte se acercó a la cámara de conferencias para asestar otro ataque, halló las guijas que los hombres estaban desechando de sus comidas. Al ponerse las guijas en la boca con el fin de probar lo que los hombres estaban comiendo, no las pudo  masticar. Entonces  pensó  que aquellos que eran capaces de comerse objetos tan duros debían ser criaturas aterradoras capaces de  luchar si se les provocaba demasiado.

Mientras  que  la  muerte meditaba en el próximo paso que iba a dar, el pollo a la entrada de la casa de Eshu comenzó a gritar. Al escuchar el grito del pollo, la muerte se alejó corriendo por tener prohibido el sonido de un pollo. La muerte entonces dejó a los hombres en paz y ellos se alegraron, dándole las gracias a Orunmila por mostrarles el secreto de ella. Desde esa fecha la muerte diseñó otras formas de poder llegar al hombre.

Desde entonces, la muerte no pudo matar al hombre directamente porque es una divinidad medrosa y se ha estado apoyando en sus hermanos más agresivos y vengadores como Oggun, la divinidad del hierro, quien  mata mediante accidentes fatales; Shango, la divinidad del trueno, quien mata mediante el rayo; Sankpana (Babalu Aye), quien  mata mediante epidemias tales como la viruela, la varicela y el sarampión; la divinidad de la noche, quien mata mediante la brujería, etc. Cuando estas divinidades  mortales se muestran lentas en la búsqueda de comida para la muerte, el rey de la muerte utiliza la enfermedad, su esposa, para que busque comida para la familia.  Esto  tuvo lugar después de que el hombre aprendió el secreto de cómo espantar a la muerte, ya que hasta entonces, la muerte hacía presa del hombre por si mismo.

Por lo tanto, cuando Oyekun Meyi aparece durante la adivinación, a la persona se le puede decir que la muerte lo esta acechando, pero que debe hacer sacrificio a Eshu con  ñames machacados mezclados con sal y aceite de palma y cargado todo con guijas. También deberá atar un pollo vivo en el lugar sagrado de Eshu para espantar a la muerte.

Otros trabajos celestiales de Oyekun meyi

El hizo adivinación para Lluvia en el cielo antes de que este viniera hacia el mundo. El le aconsejó a la lluvia que hiciera sacrificio debido a que iba a presentarse en el mundo en medio de enemigos. A Lluvia se le dijo que hiciera sacrificio con un macho cabrio, tela  negra y un montón de garrotes. Lluvia hizo el sacrificio antes de partir hacia la tierra.

Cuando estaba a punto de nacer, sus mayores más agresivos ya se encontraban en la tierra. Ellos eran: el sol, la claridad y la sequía. Antes de la llegada de la lluvia todos habían jurado que no iba a haber lugar para la lluvia en la tierra. Mientras tanto, lluvia comenzó  a  amenazar. Como ya había hecho sacrificio a Eshu, se dispuso a  salir en su viaje hacia la tierra. Eshu entonces sacó la tela oscura con la que lluvia había hecho sacrificio y la desplegó para formar una gruesa capa de nubes arriba en el cielo. Se produjo una oscuridad total en la tierra. Entonces Eshu le entrego a lluvia muchos de los garrotes que usó para hacer sacrificio y le aconsejó que los utilizara para golpear a cualquiera que se atreviera a pararse en su camino. Estos garrotes son los aguaceros  que  utiliza  la  lluvia para castigar tanto a reyes como a esclavos, a los de arriba al igual que a los de abajo, hasta este día. Fue así como pudo someter al rocío, la sequía, el calor, el polvo, los árboles, etc, los cuales eran sus enemigos.

Cómo pescado llegó a multiplicarse

Oyekun meyi hizo adivinación para Pescado cuando éste estaba llegando a la tierra procedente del cielo. Pescado era la hija del río en el cielo. Oyekun meyi le aconsejó que hiciera sacrificio con el fin de que pudiera tener hijos en la tierra. Se le dijo que hiciera sacrificio con un chivo, gallina y paloma. Ella hizo el sacrificio y vino al mundo donde comenzó a tener hijos en múltiples cientos a la vez.

Oyekun meyi revela el secreto de las divinidades al mundo

Varios awos hicieron adivinaciones para Oyekun meyi cuando este estaba viniendo hacia el mundo. Ellos le aconsejaron que hiciera sacrificio con un macho cabrio a Eshu y que ofreciera chivo, gallo, paloma, tela blanca y cauris a Olokun, la divinidad del  agua.

El hizo los sacrificios. Las 200 divinidades decidieron visitar la tierra para ver como lo estaban pasando sus habitantes. Cuando llegaron a la  frontera entre el cielo y la tierra se encontraron con dos mujeres llamadas Oja y Aje. Estas mujeres personificaban el dinero y la prosperidad. Como veremos más adelante, casi ninguna de las 200 divinidades hizo sacrificio antes de abandonar el cielo ni se molestaron en obtener permiso de Eshu, a quien todas despreciaban por ser un oscurantista.

Apenas habían abandonado el cielo, Eshu desató el cordón de la lluvia. Pronto esta comenzó a caer pesadamente y  todas las otras divinidades buscaron refugio en un lugar u otro. Orunmila al llegar a la tierra, sin preocuparse por la lluvia, continuó solo en su viaje acompañado por las dos mujeres. Cuando llegaron a la tierra, sus hijos les dieron ropas para que se cambiaran. Les dieron trajes blancos para que se los pusieran. La lluvia llegó de manera continuada durante tres años. Orunmila, mientras tanto, vivió en matrimonio con las dos mujeres, Aje y Oja, y ellas habían tenido hijos, pero  las otras divinidades no habían llegado.

Después de esperar en vano la llegada de las otras divinidades, sus hijos y seguidores en la tierra decidieron salir a buscarlas. Cuando los ciudadanos de la tierra se encontraron con las divinidades y las persuadieron de que los siguieran a la casa, ellas declinaron la oferta alegando que estaban bastante cómodas en su nueva morada y ambiente.

Por su parte, Orunmila había estado practicando el arte de Ifa de manera exitosa en la tierra y había reclutado a varios conversos. También se dedicó al comercio  con  la ayuda de Aje y Oja, quienes se habían convertido en sus esposas. Ambas mujeres lo hicieron extremadamente rico.

Esta revelación explica por qué los lugares sagrados de la mayor parte de las otras divinidades se mantienen  fuera de la casa hasta este día, con la  excepción  de  Orunmila conjuntamente con Aje y Oja (Olokun) quienes siguieron a Orunmila al mundo. El resto se mantiene en los diferentes lugares donde tomaron refugio de la lluvia cuando estaban llegando al mundo. La razón por la cual a Olokun y a Orunmila se les sirve con ropas blancas hasta este día se debe a que esos fueron los trajes que utilizaron cuando llegaron a la tierra empapados por la lluvia que cayó cuando realizaban su viaje.

Esta revelación también explica por qué de los hijos de Oyekun meyi no se espera que utilicen paraguas, ya que su divinidad patrona no se protegió de la  lluvia que lo mojó durante su viaje desde  el  cielo.

Si el ono ifa se prepara con cuidado para los  hijos de Oyekun meyi (esto es, aquellos a los que les sale en igbodu), los mismos serán muy ricos y prósperos en la vida siempre que sean capaces de desechar el uso de paraguas y nunca permitan que la lluvia les impida realizar cualquier cosa que estén proyectando hacer. Su prosperidad frecuentemente esta influida por las  esposas si tienen la suerte de casarse con la mujer adecuada temprano en la vida.

La mejor profesión para los hijos de Oyekun  meyi  es  la cría de animales de granja o el comercio. Este fue el consejo dado a Oyekun meyi antes de que abandonara el cielo, debiendo él, comerciar ovejas o animales, aves, cerdos, chivos, vacas o lo que fuere. Esto le daría un buen inicio en la vida hasta llegar a lugares más altos en el terreno económico.